¡Les mando besitos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal
— ¡Oh, cielos! —La señora Kulavich le dedicó una ancha
sonrisa.
— ¡Eso es maravilloso! ¿Cuándo es la boda?
—Dentro de unas tres semanas, cuando vuelvan mis padres de
sus vacaciones. —Tomó una decisión temeraria—: Y están invitados todos los
vecinos de esta calle. —De modo que la pequeña boda resultaría ser un poquito
más grande, ¿y qué?
—Tendrá que dar una fiesta con ese motivo —dijo la señora
Holland—. ¿Dónde hay un bolígrafo y un cuaderno? Tengo que hacer planes.
—Pero no necesito... —empezó Lali, sin embargo al ver las
expresiones de sus caras se detuvo a mitad de la frase. Ya tarde se dio cuenta
de que, en efecto, necesitaba una fiesta que la ayudara a reponer lo que había
quedado destrozado.
Le tembló la barbilla, pero se apresuró a ponerla firme de
nuevo cuando entró en la cocina uno de los patrulleros trayendo dos latas de
comida para gatos.
—El detective Lanzani les envía esto —dijo.
Agradecida por la distracción, Lali miró a su alrededor
buscando a Bubú. No se lo veía por ninguna parte. Fastidiado por verse
abandonado en un entorno desconocido, seguramente estaría escondido por ahí.
Lali conocía sus escondites favoritos en su casa, pero no tenía ni idea de
dónde podría haberse metido en la de Peter.
Como cebo, abrió una de las latas de comida y a continuación
se paseó despacio por la casa llamándolo por su nombre en voz baja, con la lata
abierta en la mano. Por fin lo encontró detrás del sofá, pero incluso con la
comida como cebo tardó quince minutos en convencerlo para que saliera de su
escondite. El animal salió despacio y empezó a comer con melindres mientras
ella lo acariciaba y se reconfortaba con su cuerpo cálido y sinuoso.
Pensó que tendría que llevar a Bubú a casa de Ana. No podía
arriesgarse a tenerlo consigo en aquel momento.
Se le inundaron los ojos de lágrimas, y agachó la cabeza
para ocultarlas al tiempo que se concentraba en el gato. Durante su ausencia,
el maníaco había desahogado su rabia con sus posesiones. Aunque se sentía
profundamente agradecida de encontrarse en la cama de Peter en vez de la suya,
no podía arriesgar de nuevo a Bubú y el coche de su padre...
El coche. Dios santo, el coche.
Se puso en pie de un salto, lo cual sobresaltó de tal modo a
Bubú que corrió a esconderse de nuevo detrás del sofá.
—Enseguida vuelvo —gritó a la señora Kulavich y a la señora
Holland, y salió corriendo de la casa.
— ¡Peter! —chilló—. ¡El coche! ¿Has examinado el coche?
Su patio y el de Peter estaban atestados de vecinos. Como el
Viper estaba plantado justo en el camino de entrada, varias caras sorprendidas
se volvieron hacia ella. No había pensado en el Viper, pero por mucho cariño
que le tuviera, el automóvil de su padre tenía por lo menos cinco veces más
valor y era totalmente irreemplazable.
Peter salió a la veranda de la cocina, lanzó una mirada al
garaje y bajó de un salto. Corrieron juntos hacia las puertas.
Aún estaba echado el candado.
—Ese tipo no habrá entrado, ¿verdad? —preguntó Lali en un
susurro de desesperación.
—Es posible que no lo haya intentado siquiera, dado que
tenías el coche en el camino de entrada.
Seguramente pensó que el garaje estaba
vacío. ¿Hay alguna otra entrada?
—No, a no ser que se haga un agujero en la pared.
—Entonces no le habrá pasado nada al coche. —Rodeó a Lali
con un brazo y regresó con ella en dirección a la casa—. No querrás abrir la
puerta con toda esa gente mirando, ¿no?
Ella sacudió la cabeza en un gesto empalico.
—Tendré que trasladar el coche a otra parte —dijo,
planificando para el futuro—. Tendrá que quedárselo Patricio, y Ana tendrá que
cuidar de Bubú. Mis padres lo entenderán, dadas las circunstancias.
—Podemos guardar el coche en mi garaje, si quieres.
Lali meditó unos segundos. Al menos así lo tendría a mano, y
quienquiera que estuviera haciendo aquello no sabía que existía siquiera, de
modo que estaría a salvo.
—De acuerdo. Lo trasladaremos cuando se haya ido todo el
mundo.
No miró el Viper al pasar por su lado, pero se detuvo y
observó fijamente las luces azules de los coches policía y preguntó a Peter:
— ¿Está bien mi coche? No puedo mirar.
—Todo parece normal. No veo arañazos ni nada raro, y está
todo entero.
Lali lanzó un suspiro de alivio y casi se dejó caer contra
Peter. Él la abrazó y acto seguido la envió de vuelta a la cocina, al cuidado
de Sadie y Eleanor.
Ya estaba anocheciendo cuando por fin le permitieron entrar
en su casa. Se quedó sorprendida al ver toda la atención que habían prestado a
algo que esencialmente constituía vandalismo, pero supuso que Peter era el
responsable de ello. Por supuesto, él no creía que fuera simplemente
vandalismo.
Ni ella tampoco.
No podía. Al recorrer la casa observando los destrozos,
inmediatamente se dio cuenta de lo personal que era todo. El televisor estaba
intacto, cosa rara teniendo en cuenta que se trataba de un objeto caro, pero
todos sus vestidos y su ropa interior estaban hechos trizas. Sin embargo, el
asaltante no había tocado sus pantalones ni sus vaqueros.
En el dormitorio, las
sábanas, almohadas y colchones estaban reducidos a despojos, los frascos de perfume
rotos. En la cocina, todo lo que era de vidrio estaba destrozado, todos los
platos, cuencos, vasos, tazas, hasta las pesadas bandejas de vidrio que nunca
había utilizado. Y en el cuarto de baño, las toallas aparecieron intactas, pero
los utensilios de maquillaje habían sido destrozados. Había tubos aplastados, polvos
esparcidos, y todas las sombras y coloretes parecían haber sido pisoteados y
hechos añicos.
—Ha destruido todo lo que es femenino —susurró, mirando a su
alrededor. La cama era más bien genérica, pero la ropa de cama era femenina, de
tonos pastel y con los dobladillos festoneados de encaje.
—Odia a las mujeres —convino Peter, que se acercó hasta
donde estaba ella. Traía el semblante serio—. Un psiquiatra tendría mucho
trabajo que hacer aquí.
Lali suspiró, exhausta debido a la falta de sueño y a la
ingente tarea que tenía por delante. Miró a Peter; él no había dormido más que
ella, lo cual no sumaba más de un par de breves cabezadas.
— ¿Vas a ir hoy a trabajar?
Peter la miró sorprendido.
—Naturalmente. Tengo que hablar con el detective que lleva
el caso de Eugenia y meterle un poco de prisa.
—Yo ni quisiera voy a intentarlo. Necesitaré una semana para
limpiar todo esto.
—No, nada de eso. Llama a una empresa de limpieza. —Le puso
un dedo bajo la barbilla y le levantó la cara para observar las ojeras de
cansancio que le rodeaban los ojos—. Después échate a dormir, en mi cama, y
deja que la señora Kulavich se encargue de supervisar la limpieza. La
encantará.
—Si es así, es que necesita urgentemente una sesión de
terapia —comentó Lali, contemplando una vez más el destrozo de lo que había
sido su hogar. Dejó escapar un bostezo—. También necesito ir de compras para
reponer la ropa y el maquillaje.
Peter sonrió.
—Las cosas de la cocina pueden esperar, ¿no?
—Oye, ya sé lo que es importante. —Se apoyó contra él y le rodeó
la cintura con los brazos disfrutando de la libertad de poder hacerlo, y
disfrutando también del modo en que los brazos de él se enroscaron
automáticamente en torno a ella.
De pronto se puso rígida. No podía creer que no hubiera
pensado ni una sola vez en Candela ni en Rochi. Debía de estar fallándole el
cerebro, aquélla era la única explicación.
— ¡Me he olvidado de Cande y de Rochi! Dios mío, debería
haberlas llamado inmediatamente para advertirlas de...
—Ya lo he hecho yo —dijo Peter volviendo a tomarla entre sus
brazos—. Las llamé anoche, por mi teléfono móvil. Están bien, sólo un poco
preocupadas por ti.
Lali bostezó y se relajó contra él una vez más, dejando caer
la cabeza sobre su pecho. Le retumbaron en el oído los latidos de su corazón.
Estaba agotada, pero no podía evitar que sus pensamientos revolotearan igual
que aves de rapiña en torno a una presa reciente. Si no era capaz de desconectar,
jamás podría dormir.
— ¿Qué opinas del sexo medicinal? —preguntó a Peter.
Los ojos de él se iluminaron de interés.
— ¿Implica eso tener que tragar algo?
Lali rió.
—Todavía no. Tal vez esta noche. Lo que implica en este
momento es relajarme lo bastante para poder dormir. ¿Te interesa?
Por toda respuesta, Peter le cogió una mano y la apoyó en la
bragueta de sus vaqueros. Tenía un bulto grueso y largo debajo de la
cremallera. Lali ronroneó de placer recorriéndolo arriba y abajo con los dedos,
notando los diminutos movimientos espasmódicos del cuerpo de Peter que él era
incapaz de controlar.
—Dios, qué fácil eres —le dijo.
—El hecho de pensar en tragar siempre me la pone dura.
Regresaron de la mano a la casa de él, donde se encargó de
relajar a Lali.
-.-
—Los técnicos de pruebas no han encontrado ninguna huella útil
—dijo Peter a Roger Bernsen un par de horas más tarde—. Pero sí han encontrado
una huella parcial de una pisada. Parece una zapatilla de correr. Estoy
intentando dar con el fabricante de la marca que corresponde al dibujo de la
suela.
El detective Bernsen dijo lo que Peter ya sabía:
—El asaltante entró con la intención de matarla, y en lugar
de eso lo destrozó todo al descubrir que no estaba en casa. ¿Tienes datos
fehacientes respecto de la hora?
—Fue entre las ocho y las doce de la noche, aproximadamente.
—La señora Holland cronometraba al minuto la calle, y dijo que no había visto
ningún coche ni persona desconocidos antes de que llegase a casa el propio
Peter. Después de anochecer, todo el mundo estaba recogido.
—Menos mal que no estaba en casa.
—Sí. —Peter no quería pensar en la otra alternativa.
—Tenemos que ponernos a examinar esos archivos de personal
de Hammerstead.
—Mi próxima visita será al director de la empresa. No quiero
que nadie más sepa que estamos investigando los archivos. Él puede sacarlos sin
que nadie le cuestione nada. A lo mejor puede enviarlos a nuestros ordenadores
para que no tengamos que arriesgarnos yendo allí.
Roger soltó un gruñido.
—A propósito, el forense ha terminado ya con el cadáver de
la señorita Suarez. Me he puesto en contacto con su hermana.
—Gracias. Necesitamos que alguien grabe el funeral en vídeo.
— ¿Tú crees que el asesino asistirá?
—Apuesto a que sí —contestó Peter.
que bueno q se alla quedado con peter bss noe
ResponderEliminarMe encantoooo, jajaja sexo medicinal
ResponderEliminarNoveeeeee
ResponderEliminarMaaaas
ResponderEliminarmmmqqw
ResponderEliminarme mueroo maaass ♥
ResponderEliminar