Vistas de página en total

sábado, 9 de febrero de 2013

Capitulo 49.

¡Regrese! ¡Aqui estoy como lo prometi!(: Yo tambien odio a Corin o Leah, como sea): Bueno dejo hasta aqui, como lo dije, el lunes regreso, si Dios quiere♥ Son las mejores del mundo mundial!
Gabi: JAJAJAJA amo tus comentarios! Siempre me haces reir con eso de que me no me valla a dormir u.u pero es inevitable para mi, sabes?): la cama es mi otra mitad! Pero que listilla me saliste JAJAJA besos.
Noe: ¡ERES UNA GENIA! solo te digo eso, quisiera ser de lista como tu jaja u.u
Mariana: Falta poco): yo tampoco queria que se acabara, pero bueno, todo principio tiene un fin!
¡Hasta el lunes hermosas!
¡Les mando besitos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal




Lali se derrumbó en el sofá y lloró a lágrima viva, tragando aire a borbotones. No podía hacer aquello otra vez; simplemente no podía. No podía ser Candela; era joven y hermosa, aquel malnacido no podía haberle hecho daño a ella. Candela tenía que estar con Victorio. Estaba tan radiante de felicidad por aquel repentino cambio que probablemente estarían pasando juntos cada rato que tuvieran libre. Peter la encontraría. El número de Victorio no figuraba en la guía telefónica, pero los policías siempre contaban con recursos para obtener números ocultos. Candela estaría con Victorio, y entonces ella se sentiría como una tonta por haberse dejado invadir por el pánico de aquella forma.
Por fin dejó de llorar y se secó la cara. Tenía que ir a casa de Rochi a esperar la llamada de Peter. Hizo el ademán de dirigirse al dormitorio, pero dio media vuelta bruscamente y cerró con llave la puerta principal.

Llegó a casa de Rochi veinte minutos después, y eso que no había hecho nada más que lavarse los dientes, cepillarse el pelo y terminar de vestirse. Pulsó el timbre de la puerta prolongadamente.

— ¡Rochi, soy Lali! ¡Date prisa!

Oyó ruido de pisadas y los ladridos del cocker spaniel; a continuación se abrió la puerta y apareció el rostro de Rochi con un gesto de preocupación.

— ¿Qué ocurre? —preguntó Rochi al tiempo que introducía a Lali de un tirón en la casa, pero ésta no pudo decírselo; no le salían las palabras. Todavía ladrando histérico, Trilby, el cocker spaniel, saltaba para subirse a las piernas de ambas. — ¡Trilby, cállate! —dijo Rochi. Le tembló la barbilla y tragó saliva—. ¿Candela?

Lali asintió, aún incapaz de articular palabra. Rochi se llevó una mano a la boca y comenzó a lanzar desgarrados gritos de horror al tiempo que retrocedía contra la pared.

— ¡No, no! —logró decir Lali rodeando con sus brazos a Rochi—. Lo siento, lo siento mucho, no he querido decir que... —Respiró hondo—. Todavía no lo sabemos. Peter ha ido para allá, y me llamará cuando sepa...

— ¿Qué sucede? —quiso saber Pablo alarmado, recién llegado al vestíbulo. Traía una parte del periódico del domingo en la mano. Trilby echó a correr hacia él meneando furiosamente la diminuta cola.

Aquel maldito temblor había vuelto a invadirla. Lali intentó controlarlo.

—Candela ha desaparecido. Agustina no ha podido contactar con ella por teléfono.

—Entonces es que se ha ido a hacer la compra —dijo Pablo con un encogimiento de hombros.

Rochi le dirigió una mirada tan fulminante que podría haberle chamuscado la piel.

—Pablo cree que estamos histéricas y que a Eugenia la mató algún drogadicto.

—Eso resulta mucho más lógico que pensar que a las cuatro os está acechando un maníaco —contraatacó él—. Deja de dramatizarlo todo.

—Si nosotras estamos dramatizando todo —terció Lali—, también lo está haciendo la policía. —Enseguida se mordió el labio. No quería meterse en medio de una pelea doméstica. Rochi y Pablo ya tenían bastantes problemas como para que ella les causara más.

Pablo volvió a encogerse de hombros.

—Rochi me ha dicho que vas a casarte con un policía, de modo que probablemente te estará mimando mucho. Vamos, chucho. —Dio media vuelta y regresó a su refugio y su periódico, con Trilby saltando alrededor de sus pies.

—No le hagas caso —dijo Rochi —. Cuéntame qué ha pasado.

Lali le refirió lo que había dicho Agustina y el tiempo que había transcurrido. Rochi consultó el reloj de la pared; eran poco más de las doce del mediodía.

—Cuatro horas, por lo menos. No está haciendo la compra. ¿Ha llamado alguien a Victorio?

—Su número no aparece en la guía telefónica, pero Peter se encargará de eso.

Fueron a la cocina, donde Rochi estaba leyendo antes. En el invernadero acristalado había un libro abierto. Rochi preparó una cafetera. Las dos iban por la segunda taza de café cuando el teléfono inalámbrico de 
Rochi, que estaba situado junto a su brazo, sonó por fin. Rochi lo cogió rápidamente.

— ¿Peter?

Escuchó por espacio de unos instantes, y al ver la expresión de su cara Lali sintió que la abandonaba toda esperanza. Rochi estaba atónita, desprovista de color. Movió los labios pero de ellos no salió sonido alguno.

Lali le arrebató el teléfono.

— ¿Peter? Cuéntame.

Él contestó con voz grave:

—Cariño, lo siento. Al parecer, sucedió anoche, quizá nada más volver del funeral.

Rochi apoyó la cabeza sobre la mesa, llorando en silencio. Lali alargó la mano para tocarla en el hombro, en un intento de ofrecerle consuelo, pero ella misma se notaba derrumbarse por dentro, cediendo al dolor, y no sabía si le quedaba algún consuelo que ofrecer.

—Quedaos ahí —dijo Peter—. No vayáis a ninguna parte. Yo iré en cuanto pueda. Ésta no es mi jurisdicción, pero estamos trabajando todos juntos. Puede que tarde varias horas, pero no vayáis a ninguna parte —repitió.

—De acuerdo —susurró Lali, y colgó.

En aquel momento apareció Pablo en la puerta y se quedó allí, mirando fijamente a Rochi como si esperara que todavía estuviera exagerando, pero la expresión de su cara indicaba que esta vez había comprendido. Estaba pálido.

— ¿Qué? —preguntó con voz rota.

—Era Peter —respondió Lali—. Candela ha muerto.

Y entonces se quebró su frágil control, y pasó mucho tiempo antes de que pudiera hacer otra cosa que no fuera llorar y abrazarse a Rochi.

El sol se puso y Peter aún no había regresado. Cuando lo hizo, traía aspecto de cansado y furioso. Se presentó él mismo a Pablo, porque ni a Lali ni a Rochi se les ocurrió hacerlo.

—Usted estuvo en el funeral —dijo Pablo de pronto mirándolo fijamente.

Peter afirmó con la cabeza.

—También estuvo un detective de Sterling Heights. Teníamos la esperanza de descubrir al asesino, pero es demasiado escurridizo o no acudió.

Pablo miró a su mujer. Rochi estaba sentada en silencio, acariciando con gesto ausente al cocker spaniel blanco y negro. El día anterior Pablo tenía una mirada distante, pero no había nada de distante en el modo en que la observaba ahora.

—Así que en efecto las persigue alguien. Cuesta mucho creerlo.

—Pues créalo —replicó Peter brevemente sintiendo cómo se le revolvía el estómago al recordar lo que le habían hecho a Candela. Había sufrido la misma cruel agresión personal, el rostro destrozado e irreconocible, las múltiples puñaladas, el abuso sexual. A diferencia de Eugenia, Candela aún estaba viva cuando él la apuñaló; el suelo del apartamento estaba bañado en sangre. También le habían hecho jirones toda la ropa, igual que a Lali. Cuando pensaba en lo cerca que había estado Lali de morir, en lo que habría sufrido si hubiera estado en casa el miércoles por la noche, apenas lograba contener la rabia.

— ¿Te has puesto en contacto con sus padres? —le preguntó Lali con la voz ronca. Vivían en Toledo, de modo que no estaban muy lejos.

—Sí, ya están aquí —contestó Peter. Se sentó y la rodeó con los brazos y le acunó la cabeza contra su hombro.

Sonó el pitido del mensáfono. Se llevó una mano al cinturón para acallarlo, y después miró el número y lanzó una grosería al tiempo que se pasaba la mano por la cara.

—Tengo que irme.

—Lali puede quedarse aquí —dijo Rochi antes de que él pudiera preguntar.

—No tengo ropa —dijo Lali, pero no estaba protestando sólo constataba un problema.

—Yo te llevaré a casa —dijo Pablo—. También vendrá Rochi con nosotros. Podrás coger lo que necesites y quedarte todo el tiempo que quieras.

Peter mostró su aprobación con un gesto de asentimiento.

—Ya llamaré —dijo al salir por la puerta.

--

 Corin se balanceaba adelante y atrás. No podía dormir, no podía dormir, no podía dormir. Tarareaba para sí, igual que hacía cuando era pequeño, pero la canción mágica no funcionó. Quisiera saber cuándo había dejado de funcionarle. No se acordaba.

Aquella puta de rojo estaba muerta. Madre estaba muy complacida. Dos menos, quedaban otras dos.

Se sentía bien. Por primera vez en su vida, estaba complaciendo a Madre. Nada de lo que había hecho antes había sido lo bastante bueno para ella porque siempre tenía algún fallo, por mucho que ella se hubiera esforzado en hacer de él un niño perfecto. Sin embargo, esto lo estaba haciendo bien; Madre estaba muy satisfecha. Estaba librando al mundo de aquellas asquerosas putas, una por una por una. No. Eran demasiados «una». Todavía no había matado a tres. Lo había intentado, pero una no estaba en casa.

Pero recordó que la había visto en el funeral. Se había reído. ¿O había sido la otra? Se sentía confuso, porque las caras iban y venían en su memoria.

No estaba bien reírse en un funeral. Resultaba muy doloroso para el difunto.

¿Pero cuál de ellas se había reído? ¿Por qué no se acordaba?

No importaba, se dijo, y al instante se sintió mejor. Ambas tenían que morir, y entonces no importaría quién era la que se había reído, ni quién era la «señorita C». No importaría, porque por fin —por fin— Madre estaría contenta y nunca jamás volvería a hacerle daño.

7 comentarios:

  1. Afadhdhgrgfdfffgrgrhrhrh Corin es un PUTO lo odio , eres una genia enserio , me encanta la nove
    Sigue subiendo Me encanta.
    Cuantos caps faltan para el final
    Besos Vale cuidate

    ResponderEliminar
  2. aaa noo muerioo quiero llorar :(
    maass
    me muero cuando se entere victorio

    ResponderEliminar
  3. si para mi este era hombre y se iso mujer no del todo o capas tiene nose facciones en la cara o aspecto de mujer y es hombre y como loco se hace pasar por mujer y con razon los policias no lo encontraban en el velorio como el es "mujer" no lo encontraron ya que para ellos los indicios lo llevan a que era un hombre wauuu este dia pense mucho jaajaaj bss noe

    ResponderEliminar
  4. He como corin hombre o mujer ?? No estiento Nada es lo que parece no aguanto hasta el lunes neseto mmmaass (me e vuelto adista a la nove) mmmaass

    ResponderEliminar
  5. mas por favor no nos dejes asi

    ResponderEliminar
  6. no entiendo
    ya se me mezclaron de nuevo
    corin y lean uno de los 2 tiene q ser el asesino
    cande dejo entrar a lean, asi q es la misma mujer q mato a euge
    hay que liooooooooooooooooo
    besos

    ResponderEliminar