Gabi: JAJAJAJA amo tus comentarios! Siempre me haces reir con eso de que me no me valla a dormir u.u pero es inevitable para mi, sabes?): la cama es mi otra mitad! Pero que listilla me saliste JAJAJA besos.
Noe: ¡ERES UNA GENIA! solo te digo eso, quisiera ser de lista como tu jaja u.u
Mariana: Falta poco): yo tampoco queria que se acabara, pero bueno, todo principio tiene un fin!
¡Hasta el lunes hermosas!
¡Les mando besitos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal
Lali se derrumbó en el sofá y lloró a lágrima viva, tragando
aire a borbotones. No podía hacer aquello otra vez; simplemente no podía. No
podía ser Candela; era joven y hermosa, aquel malnacido no podía haberle hecho
daño a ella. Candela tenía que estar con Victorio. Estaba tan radiante de
felicidad por aquel repentino cambio que probablemente estarían pasando juntos
cada rato que tuvieran libre. Peter la encontraría. El número de Victorio no
figuraba en la guía telefónica, pero los policías siempre contaban con recursos
para obtener números ocultos. Candela estaría con Victorio, y entonces ella se
sentiría como una tonta por haberse dejado invadir por el pánico de aquella
forma.
Por fin dejó de llorar y se secó la cara. Tenía que ir a
casa de Rochi a esperar la llamada de Peter. Hizo el ademán de dirigirse al
dormitorio, pero dio media vuelta bruscamente y cerró con llave la puerta
principal.
Llegó a casa de Rochi veinte minutos después, y eso que no
había hecho nada más que lavarse los dientes, cepillarse el pelo y terminar de
vestirse. Pulsó el timbre de la puerta prolongadamente.
— ¡Rochi, soy Lali! ¡Date prisa!
Oyó ruido de pisadas y los ladridos del cocker spaniel; a
continuación se abrió la puerta y apareció el rostro de Rochi con un gesto de
preocupación.
— ¿Qué ocurre? —preguntó Rochi al tiempo que introducía a
Lali de un tirón en la casa, pero ésta no pudo decírselo; no le salían las
palabras. Todavía ladrando histérico, Trilby, el cocker spaniel, saltaba para
subirse a las piernas de ambas. — ¡Trilby, cállate! —dijo Rochi. Le tembló la
barbilla y tragó saliva—. ¿Candela?
Lali asintió, aún incapaz de articular palabra. Rochi se
llevó una mano a la boca y comenzó a lanzar desgarrados gritos de horror al
tiempo que retrocedía contra la pared.
— ¡No, no! —logró decir Lali rodeando con sus brazos a Rochi—.
Lo siento, lo siento mucho, no he querido decir que... —Respiró hondo—. Todavía
no lo sabemos. Peter ha ido para allá, y me llamará cuando sepa...
— ¿Qué sucede? —quiso saber Pablo alarmado, recién llegado
al vestíbulo. Traía una parte del periódico del domingo en la mano. Trilby echó
a correr hacia él meneando furiosamente la diminuta cola.
Aquel maldito temblor había vuelto a invadirla. Lali intentó
controlarlo.
—Candela ha desaparecido. Agustina no ha podido contactar
con ella por teléfono.
—Entonces es que se ha ido a hacer la compra —dijo Pablo con
un encogimiento de hombros.
Rochi le dirigió una mirada tan fulminante que podría
haberle chamuscado la piel.
—Pablo cree que estamos histéricas y que a Eugenia la mató
algún drogadicto.
—Eso resulta mucho más lógico que pensar que a las cuatro os
está acechando un maníaco —contraatacó él—. Deja de dramatizarlo todo.
—Si nosotras estamos dramatizando todo —terció Lali—,
también lo está haciendo la policía. —Enseguida se mordió el labio. No quería
meterse en medio de una pelea doméstica. Rochi y Pablo ya tenían bastantes
problemas como para que ella les causara más.
Pablo volvió a encogerse de hombros.
—Rochi me ha dicho que vas a casarte con un policía, de modo
que probablemente te estará mimando mucho. Vamos, chucho. —Dio media vuelta y
regresó a su refugio y su periódico, con Trilby saltando alrededor de sus pies.
—No le hagas caso —dijo Rochi —. Cuéntame qué ha pasado.
Lali le refirió lo que había dicho Agustina y el tiempo que
había transcurrido. Rochi consultó el reloj de la pared; eran poco más de las
doce del mediodía.
—Cuatro horas, por lo menos. No está haciendo la compra. ¿Ha
llamado alguien a Victorio?
—Su número no aparece en la guía telefónica, pero Peter se
encargará de eso.
Fueron a la cocina, donde Rochi estaba leyendo antes. En el
invernadero acristalado había un libro abierto. Rochi preparó una cafetera. Las
dos iban por la segunda taza de café cuando el teléfono inalámbrico de
Rochi,
que estaba situado junto a su brazo, sonó por fin. Rochi lo cogió rápidamente.
— ¿Peter?
Escuchó por espacio de unos instantes, y al ver la expresión
de su cara Lali sintió que la abandonaba toda esperanza. Rochi estaba atónita,
desprovista de color. Movió los labios pero de ellos no salió sonido alguno.
Lali le arrebató el teléfono.
— ¿Peter? Cuéntame.
Él contestó con voz grave:
—Cariño, lo siento. Al parecer, sucedió anoche, quizá nada
más volver del funeral.
Rochi apoyó la cabeza sobre la mesa, llorando en silencio.
Lali alargó la mano para tocarla en el hombro, en un intento de ofrecerle
consuelo, pero ella misma se notaba derrumbarse por dentro, cediendo al dolor,
y no sabía si le quedaba algún consuelo que ofrecer.
—Quedaos ahí —dijo Peter—. No vayáis a ninguna parte. Yo iré
en cuanto pueda. Ésta no es mi jurisdicción, pero estamos trabajando todos
juntos. Puede que tarde varias horas, pero no vayáis a ninguna parte —repitió.
—De acuerdo —susurró Lali, y colgó.
En aquel momento apareció Pablo en la puerta y se quedó
allí, mirando fijamente a Rochi como si esperara que todavía estuviera
exagerando, pero la expresión de su cara indicaba que esta vez había
comprendido. Estaba pálido.
— ¿Qué? —preguntó con voz rota.
—Era Peter —respondió Lali—. Candela ha muerto.
Y entonces se quebró su frágil control, y pasó mucho tiempo
antes de que pudiera hacer otra cosa que no fuera llorar y abrazarse a Rochi.
El sol se puso y Peter aún no había regresado. Cuando lo
hizo, traía aspecto de cansado y furioso. Se presentó él mismo a Pablo, porque
ni a Lali ni a Rochi se les ocurrió hacerlo.
—Usted estuvo en el funeral —dijo Pablo de pronto mirándolo
fijamente.
Peter afirmó con la cabeza.
—También estuvo un detective de Sterling Heights. Teníamos
la esperanza de descubrir al asesino, pero es demasiado escurridizo o no
acudió.
Pablo miró a su mujer. Rochi estaba sentada en silencio,
acariciando con gesto ausente al cocker spaniel blanco y negro. El día anterior
Pablo tenía una mirada distante, pero no había nada de distante en el modo en
que la observaba ahora.
—Así que en efecto las persigue alguien. Cuesta mucho
creerlo.
—Pues créalo —replicó Peter brevemente sintiendo cómo se le
revolvía el estómago al recordar lo que le habían hecho a Candela. Había
sufrido la misma cruel agresión personal, el rostro destrozado e irreconocible,
las múltiples puñaladas, el abuso sexual. A diferencia de Eugenia, Candela aún
estaba viva cuando él la apuñaló; el suelo del apartamento estaba bañado en
sangre. También le habían hecho jirones toda la ropa, igual que a Lali. Cuando
pensaba en lo cerca que había estado Lali de morir, en lo que habría sufrido si
hubiera estado en casa el miércoles por la noche, apenas lograba contener la
rabia.
— ¿Te has puesto en contacto con sus padres? —le preguntó
Lali con la voz ronca. Vivían en Toledo, de modo que no estaban muy lejos.
—Sí, ya están aquí —contestó Peter. Se sentó y la rodeó con
los brazos y le acunó la cabeza contra su hombro.
Sonó el pitido del mensáfono. Se llevó una mano al cinturón
para acallarlo, y después miró el número y lanzó una grosería al tiempo que se
pasaba la mano por la cara.
—Tengo que irme.
—Lali puede quedarse aquí —dijo Rochi antes de que él pudiera
preguntar.
—No tengo ropa —dijo Lali, pero no estaba protestando sólo
constataba un problema.
—Yo te llevaré a casa —dijo Pablo—. También vendrá Rochi con
nosotros. Podrás coger lo que necesites y quedarte todo el tiempo que quieras.
Peter mostró su aprobación con un gesto de asentimiento.
—Ya llamaré —dijo al salir por la puerta.
--
Corin se balanceaba
adelante y atrás. No podía dormir, no podía dormir, no podía dormir. Tarareaba
para sí, igual que hacía cuando era pequeño, pero la canción mágica no
funcionó. Quisiera saber cuándo había dejado de funcionarle. No se acordaba.
Aquella puta de rojo estaba muerta. Madre estaba muy
complacida. Dos menos, quedaban otras dos.
Se sentía bien. Por primera vez en su vida, estaba
complaciendo a Madre. Nada de lo que había hecho antes había sido lo bastante
bueno para ella porque siempre tenía algún fallo, por mucho que ella se hubiera
esforzado en hacer de él un niño perfecto. Sin embargo, esto lo estaba haciendo
bien; Madre estaba muy satisfecha. Estaba librando al mundo de aquellas
asquerosas putas, una por una por una. No. Eran demasiados «una». Todavía no
había matado a tres. Lo había intentado, pero una no estaba en casa.
Pero recordó que la había visto en el funeral. Se había
reído. ¿O había sido la otra? Se sentía confuso, porque las caras iban y venían
en su memoria.
No estaba bien reírse en un funeral. Resultaba muy doloroso
para el difunto.
¿Pero cuál de ellas se había reído? ¿Por qué no se acordaba?
No importaba, se dijo, y al instante se sintió mejor. Ambas
tenían que morir, y entonces no importaría quién era la que se había reído, ni
quién era la «señorita C». No importaría, porque por fin —por fin— Madre
estaría contenta y nunca jamás volvería a hacerle daño.
Afadhdhgrgfdfffgrgrhrhrh Corin es un PUTO lo odio , eres una genia enserio , me encanta la nove
ResponderEliminarSigue subiendo Me encanta.
Cuantos caps faltan para el final
Besos Vale cuidate
aaa noo muerioo quiero llorar :(
ResponderEliminarmaass
me muero cuando se entere victorio
si para mi este era hombre y se iso mujer no del todo o capas tiene nose facciones en la cara o aspecto de mujer y es hombre y como loco se hace pasar por mujer y con razon los policias no lo encontraban en el velorio como el es "mujer" no lo encontraron ya que para ellos los indicios lo llevan a que era un hombre wauuu este dia pense mucho jaajaaj bss noe
ResponderEliminarHe como corin hombre o mujer ?? No estiento Nada es lo que parece no aguanto hasta el lunes neseto mmmaass (me e vuelto adista a la nove) mmmaass
ResponderEliminarmas por favor no nos dejes asi
ResponderEliminarno entiendo
ResponderEliminarya se me mezclaron de nuevo
corin y lean uno de los 2 tiene q ser el asesino
cande dejo entrar a lean, asi q es la misma mujer q mato a euge
hay que liooooooooooooooooo
besos
corin es lean ?
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