¡Les mando besos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal
Capitulo 6.
-¿Lali?
Me moví hacia atrás, horrorizada y preguntándome si
accidentalmente había hablado en voz alta otra vez.
-¿Si?
-Podemos bajarnos de la moto cuando quieras.
-Oh. –Quite mis brazos tan rápidamente que casi perdí el equilibrio
y caí de la moto. Afortunadamente, con solo un leve grito, logre estabilizarme
y lentamente me baje de la moto.
Entonces mi pantorrilla rozo con una de las tuberías laterales
de la moto y empecé a gritar de nuevo.
Estaba caliente. Tan jodidamente caliente. Y ahora mi piel
picaba.
-¿Lali?
Solo me había alejado de la moto a un par de pasos cojeando
para el momento en que Peter me alcanzo. A pesar de mis puños cerrados y de cómo
me estaba mordiendo el labio para contener el dolor, mis ojos lagrimearon.
Sus manos ahuecaron mi cara primero y luego miro hacia la
pierna en donde una brillante rocha roja estaba formándose alrededor de un centímetro
por debajo de donde acababan los capris.
-Oh mierda.
Mantuve mis labios fuertemente cerrados, sin saber si podía abrir
la boca sin llorar. Peter rodeo mi cintura con su brazo y lance los míos sobre
sus hombros.
-Vamos, amor. Esperemos que ese cerrajero ya haya llegado.
Por primera vez, eche un vistazo alrededor y me di cuenta
donde estábamos.
Estábamos en mi complejo de apartamentos.
¡Vivíamos en el mismo complejo de apartamentos!
Me debatí sobre si debería decir algo mientras me dirigía hacia
su apartamento. Casi lo mencione cuando pasamos mi propio coche, pero luego me recordé
a mi misma que esto se suponía que era una cosa de una sola noche. Vivía en un
edificio mas allá del mío. Gracias Dios.
¿Qué si vivía justo al lado y tenía que verlo todo los días después del sin
duda horrible sexo que iba a tener con él?
Llegamos a su puerta.
Y estábamos sin cerrajero.
La piel de mi pantorrilla todavía se sentía caliente, como
si estuviera de pie junto a una llama.
Me lanzo una mirada preocupada y luego saco su teléfono.
Pulso el botón de llamada dos veces, remarcando al último número
que llamo.
Se alejo de mí para hablar y me apoye pesadamente contra la
pared junto a su puerta. Claramente, no estaba destinada a tener sexo. Este era
Dios diciéndome que mi destino era ser una monja e ir a un convento junto con
toda esa mierda. Ya estaba delirando demasiado que confundí a Dios y a
Shakespeare. Peter regreso, e incluso frunciendo el ceño se veía magnifico.
-Malas noticias. El cerrajero se ha retrasado y no estará aquí
hasta dentro de otra hora.
Trate de no encogerme y falle.
Se arrodillo y sus dedos recorrieron mi espinilla, deteniéndose
a unos cuantos centímetros a la derecha de mi quemadura. Gracias a Dios me había
depilado. Inhalo profundamente y expiro lentamente por la nariz. Cerró los ojos
por un momento y luego asintió.
-Bien. Bueno, en ese caso tal vez deberíamos llevarte a
Emergencias.
-¿Qué? ¡No!
¿Qué diría Eugenia? Salí con el objetivo de tener relaciones
sexuales y en su lugar terminaría en la sala de Emergencias.
-Lali, la quemadura no está demasiado mal, pero si no
empiezas a tratártela, dolerá como el infierno.
Golpee mi cabeza contra la pared y sople el pelo suelto de
mi cara. –No vivo lejos, podemos ir a mi casa.
-Oh, está bien.
Su sonrisa regreso fácilmente y por un breve segundo estuve
demasiado inundada en otros sentimientos como para recordar el dolor.
El continúo: -Vamos a tener que ser cuidadosos al subirte de
nuevo en la moto. No me gustaría que te quemaras otra vez.
Me mordí el labio inferior. –En realidad no tenemos que
subirnos a la moto.
Arqueo una ceja graciosamente.
-Cuando dije que no vivo lejos, me refería a que vivo en el
bloque de al lado.
Ambas cejas se elevaron y su sorpresa solo duro un segundo
antes de que una expresión diferente cruzara por su cara, esta era una más difícil
de identificar lo que hizo que las mariposas en mi estomago comenzaran a tener
convulsiones.
-Vayamos a tu piso, entonces…vecina.
Mis rodillas se sentían débiles, y no solo por el dolor.
Trague saliva, pero mi boca aun se sentía seca. No me rodeo
con su brazo de nuevo, pero sus dedos tocaron mi espalda suavemente, y se
quedaron allí mientras caminábamos. Llegamos a mi apartamento en menos de un
minuto. Su mano cayó en la parte baja de mi espalda mientras buscaba mis llaves
y por un segundo, me olvide que estaba buscando.
Llaves de mi apartamento.
En el cual él estaba a punto de entrar.
Conmigo.
A solas.
Para tener sexo.
Sexo.
Sexo.
Sexo.
Mis dedos se sentían rotos mientras intentaba y fallaba
insertar la llave en la cerradura. El no dijo nada. Tampoco tomo las llaves, lo
que era bueno, porque eso me habría molestado totalmente. Puede que se fuese
mental, emocional y físicamente un desastre, pero no necesitaba que un hombre
girase la llave por mí. Su mano se mantuvo calmada, gentilmente contra mi
espalda hasta que logre abrir la puerta forzadamente.
Cuando entre en el oscuro pasillo, su mano no me siguió. Lo
mire de nuevo, de pie y sus manos ahora estaban metidas casualmente en los
bolsillos. Su sonrisa era sincera y magnifica, para detener corazones. Pero parecía
que no tenía intenciones de entrar. Eso era todo. Había cambiado de opinión,
porque yo era un completo desastre. ¿Por qué más lo haría?
Tome aire, recordándome a mi misma que era impresionante. No
era insegura o tímida. Solo era virgen, eso no es gran cosa. Y si alguna vez quería
dejar de serlo, tendría que tener sexo.
-¿Esperas una invitación? –Pregunte, mirándolo de pie fuera
de mi puerta-. ¿Esta es la parte en la que me dices que eres un vampiro?
Se rio entre dientes. –No, te prometo que la palidez es solo
porque soy británico.
-¿Entonces que estas esperando? ¿Qué ha pasado con el chico
que me hizo sentarme para averiguar su nombre y dejo muy claro que no quería que
regresara con mi amiga? ¿Qué ocurrió con el chico que era tan audaz en todas
las formas en la que yo solo podría pretender ser?
Dio un paso, por lo que se situó en el marco de la puerta, y
se recostó contra ella.
-Ese chico está intentando ser un caballero, porque por
mucho que quiera entrar a tu casa y por mucho que te quiera, estas herida. Además,
temo que en realidad no me quieras aquí.
-Querrás decir que el teme.
-¿Hmm?
-Estabas hablando en tercera persona y luego cambiaste a
primera…-Y yo me estaba desviando del tema.
-Sí, lo hacía –y seguía sonriendo. ¿Qué significaba eso?-.
Fue un placer conocerte, Lali.
Esta era una salida fácil si no quería seguir adelante con
esto. Si quería que mi virginidad viera la luz del dia…de nuevo. Empezaba a
girarse y todo lo que tenía que hacer era dejarlo ir.
-¡Espera!
Sonrió con una pequeña sospechosa sonrisa y levanto esa ceja
otra vez.
Respire a través de mi miedo.
-Si él está intentando ser un caballero, ¿No debería quedarse
y tratar de ayudar a la chica herida que no sabe nada sobre quemaduras de moto?
Sus ojos dejaron los míos para echarle un vistazo a mi pantorrilla,
y cuando me alzo la mirada de nuevo, encontró mis labios en su lugar.
-La chica herida tiene razón. Sería una caballerosa cosa que
debo hacer.
Luego entro en mi apartamento y cerró la puerta. La luz del
pasillo desapareció, y nos quedamos a oscuras porque mi lámpara de techo se había
quemado hace semanas, y todavía no la había remplazado.
Podía sentir el calor que irradiaba mientras se acercaba. Su
mano una vez más se instalo en la parte baja de mi espalda y susurro en la
oscuridad.
-Muéstrame el camino, amor.
Continuara...
ohhhhh quiero saber q pasará ?
ResponderEliminarnada le sale bien a lali pobre jaja me mata los amor de peter jajajaaja bss noe
masssssss
ResponderEliminarhaaa me mueroo
ResponderEliminarquiero un chongo como eeell
maassss
que camino? el de la habitacion? por favor peter no seas zarpado jajaja se hacia sola la cabeza jajaja
ResponderEliminarQUIERO MAS!
opaaaaaa...
ResponderEliminarse viene el rock
besos @ari_stafe
Casi rock !!"""mmasss
ResponderEliminar#ale