Vistas de página en total

sábado, 16 de febrero de 2013

Capitulo 3.

¡Hola! Perdon por no haber subido ayer chicas, es que se fue la internet casi toda la tarde u.u venia, y se hiba, venia, y se hiba. Hoy solo podre subir un capitulo): es que tengo que hacer un proyecto de Ingles, y mañana tendre que salir desde temprano por asuntos de familia, asi que hasta el lunes regreso, espero que sepan entender u.u
¡Hasta el lunes!
¡Les mando besitos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal
Capitulo 3.



No podía decir si la sensación de ardor en mi pecho tenía que ver con el aspecto encapuchado que Peter me estaba dando o con el recuerdo del primer Jack con Coca que termine como si fuera agua.

Un camarero llego antes las señas de Peter, y me tome un momento para darme una charla silenciosa mientras el pedía una bebida.

-¿Lali? –Pregunto Peter

Su voz envió escalofríos a través de mi.

Me miro, y luego al camarero, quien resulto ser el chico de antes.
Abrí la boca para pedir otro Jack con Coca, pero el camarero me detuvo con una mano en mi hombro. –Recuerdo Jack con Coca, ¿Cierto?

Asentí con la cabeza y me lanzo un guiño sonriente. Hice una pausa por un momento preguntándome como sabía mi pedido. Estaba bastante segura que la chica camarero me había servido el ultimo. Seguía sonriendo hacia mí, así que me obligue a hablar. –Gracias, eh...

-Brandon –dice.

-Gracias, Brandon.

Echo un vistazo a Peter, y a continuación, se centro de nuevo en mi.

-¿Debo decirle a tu amiga allí que regresaras luego?

-Oh, bueno, claro, supongo.

Sonrió en respuesta, y se quedo allí mirándome, fijamente, durante unos segundos antes de volverse para regresar a la barra. Sabía que tenía que mirar a Peter de nuevo, pero me aterraba derretirme en un charco de excitación si me encontraba con aquellos ojos magníficos de nuevo.

El dijo: -¿Sabes? A veces me pregunto si Desdémona era tan inocente como aparentaba. Tal vez ella sabia el efecto que tenia sobre los chicos, y disfrutaba poniéndolos celosos.

Me encontré con sus ojos estrechados, estudiándome.

Me trague mis nervios y lo estudie también.

-O tal vez solo se dejo intimidar por la intensidad de Otelo, y no sabía cómo hablar con él. La comunicación es clave después de todo.

-Comunicación, ¿Eh?

-Podría haber resuelto mucho de sus problemas.

-En ese caso, voy a tratar de ser lo más claro posible. –Tomo su silla y la coloco a escasos centímetros de la mía. Se escabullo a mi lado y dijo-: Prefiero que no vayas de nuevo con tu amiga. Quédate aquí conmigo.

Traga Lali. Me dije. Tienes que tragar o si no podrías empezar a babear.

-Bueno, mi amiga está esperando. ¿Qué vamos a hacer si me quedo?

Extendió una mano y empujo mi pelo sobre su hombro. Su mano se deslizo por mi cuello, haciendo una pausa en el punto de mi pulso, el que debe haber estado volviéndose loco.

-Podríamos hablar de Shakespeare. Podemos hablar de lo que quieras. Aunque no puedo prometer que no me distraeré en tu hermoso cuello. –Sus dedos viajaron a través de mi mandíbula hasta llegar a la barbilla, que saco un poco hacia adelante con la presión de su dedo índice- O tus labios. O tus ojos. Podría atraerte con historias acerca de mi vida, como Otelo hacia con Desdémona.

Ya estaba suficiente cortejada. Mi respuesta fue vergonzosamente entrecortada. –Prefiero no hacer paralelos entre nuestra noche y una pareja que termino con un asesinato/suicidio.

Sonrió, y su dedo cayó de mi barbilla. Mi piel quemo donde me había tocado, y tuve que parar de inclinarme hacia adelante para seguir su toque.

-Touche.  No me importa lo que hagamos, siempre y cuando te quedes.

-Está bien. –Estuve inmensamente orgullosa de haber logrado una respuesta calmada en lugar del “Santo Dios, si, voy hacer todo lo que me pidas” que está reproduciendo en mi mente.

-Tal vez debería quedarme a fuera de mi apartamento mas a menudo.

Preferiría encerrarnos a ambos dentro, en realidad.

Mi bolsillo empezó a vibrar, y me apresurar en teléfono antes de que mi embarazoso tono de boy band sonara.

-¿Si?

-¿Te has caído dentro o qué?

Era Eugenia.

-No, Euge, no lo hice. Oye ¿Por qué no solo vas a casa sin mí?

Los ojos de Peter se oscurecieron, y mi respiración se engancho cuando su mirada cayó a mis labios.

-No te saldrás de esto, Lali. Vas a follar esta noche aunque tenga que hacerlo yo misma.

Dios, ¿Podía ser mas gritona? Pensé que Peter tuvo que haberla oído hablar, pero sus ojos no se apartaban de mis labios.

-Eso no será necesario, Eugenia.

Trate de pensar en una forma criptica para decirle que ya había encontrado a mi chico, cuando oí una toma de aire, seguido de un “OH. MI. DIOS”   

Mire por encima del hombro de Peter a tiempo para ver como la sonrisa de Eugenia se ensanchaba, y el gesto crudo de mano que siguió.

-Sí, está bien, así que hablare contigo as tarde, Eugenia.

-Seguro que lo harás. Te llamare y me dirás cada precioso detalle.

-Ya veremos.

-Mejor que veas mucho esta noche, cariño. Espero que tus ojos se abran completamente después del encuentro de esta noche.

5 comentarios: