Vistas de página en total

jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 1.

¡Hola!♥ ¡Feliz San Valentin!:') Recuerden que aunque no tengan esa persona especial aun en su vida, tienen a sus amigos y sus padres que les den amor♥ No escojan solo este dia para decirles cuanto los quieres, dicelos todos los dias de tu vida como si fuera la ultima vez que los veas! Espero que les guste esta nueva novela, es distinta a la otra eh! Mas tarde subo el otro capitulo:)
¡Les mando muchos besitos de amor!
¡Abrazos aplastantes de a montones!
Twitter: @LlaveDeCristal


Capitulo 1.

Tome una respiración profunda.

Eres impresionante. 

No lo creí, así que lo pensé de nuevo. 

Impresionante. 

Eres tan Impresionante.

Si mi madre escuchara mis pensamientos, me diría que tenía que ser humilde, pero la humildad no me había llevado a ninguna parte.

Lali Esposito, eres una maldita captura.

Entonces, ¿Cómo fue que con veintidós años, y la única persona que conocía, que nunca había tenido relaciones sexuales? En algún lugar entre Salvados por la Campana y Gossip Girl, se convirtió en algo inaudito, una chica por graduarse de la universidad con su Tarjeta-V todavía en la mano. Y ahora m encontraba en mi habitación, lamentando haber reunido el coraje para admitirlo a mi amiga Eugenia. Ella reacciono como si le hubiese dicho que escondía una cola debajo de mi falda triangular. Y supe antes de que su mandíbula, incluso, acabara cayendo que se trataba de una idea terrible.

-¿EN SERIO? ¿Es por Jesús? ¿Estas, como, guardándote para él? – El sexo parecía sencillo para Eugenia. Ella tenía el cuerpo de una Barbie y el cerebro sexualmente cargado de una adolescente.

-No, Eugenia –dije-. Sería un poco difícil guardarme para alguien que murió hace más de dos mil años.

Eugenia se quito la camisa y la tiro al suelo. Debo haber hecho una cara, porque me miro y se rio.

-Relájate, Princesa Pureza, solo estoy cambiando camisetas – Entro en mi armario y empezó a mover mi ropa a tirones.

-¿Por qué?

-Porque, Lali, vamos a salir para conseguir que te jodan – Dijo la palabra “jodan” curvando su lengua de tal forma, que me recordó a esos anuncios nocturnos de las líneas telefónicos para adultos.

-Jesús Eugenia.

Saco una camiseta que a mí me quedaba ajustada, por lo que sería francamente escandalosa en su estructura curvilínea.

-¿Qué? Dijiste que no era sobre él.

Me resistí a la tentación de golpear mi mano en mi frente.

-No lo es, no creo…quiero decir, voy a la iglesia y todo, bueno, a veces. Yo solo…no sé. Nunca había estado interesada.

Hizo una pausa con la camisa nueva a medio camino sobre su cabeza.

-¿Nunca interesada? ¿En chicos? ¿Eres gay?

Una vez oí a mi madre, que no podría entender por qué estaba a punto de graduarme de la universidad, sin un anillo en mi dedo, hacer a mi padre la misma pregunta.

-No Eugenia, no soy gay, así que sigue poniéndote la camiseta. No hay necesidad de caer sobre tu espada sexual sobre mí.

-Si no eres gay, y no se trata de Jesús, entonces es solo cuestión de encontrar a la pareja correcta, o debería decir…la espada sexual correcta.

Rodé los ojos. -¿Caramba? ¿Eso es todo? ¿Encontrar a la persona correcta? ¿Por qué nadie me lo dijo antes?

Se recogió el pelo rubio en una coleta alta, lo cual, de alguna manera, llamo aun más la atención de su pecho. –No me refiero a la persona correcta para casarse, cariño. Me refiero a la persona correcta que tenga tu sangre bombeando. Para hacer apagar tu analítico, crítico e hiperactivo cerebro y pensar con el cuerpo en su lugar.

-Los cuerpos no pueden pensar.

-¡VES! -dijo-. Analítica. Critica.

-¡Muy bien! Bien. ¿Qué bar esta noche?

-Stumblelnn, por supuesto.

Gemí. -Con clase.

-¿Qué? –Eugenia me miro como si me faltara la respuesta a una pregunta muy obvia- Es un buen bar. Más importante aun, es un bar que a los chicos les gusta. Y desde que a nosotros nos gusta nos chicos, es un bar que nos gusta.

Podría ser peor. Podría llevarme a un club.

-Está bien. Vamos. –Me pare, y me dirigí a la cortina que separaba mi dormitorio con el resto de mi apartamento.

-¡Espera! Espera. –Agarro mi codo y me empujo tan fuerte que caí de nuevo en la cama- No puedes ir así.

Mire mi atuendo, una florida falda triangular y un top simple que mostro una buena cantidad de escote. Se veía lindo. Podría totalmente recoger a un chico en esto…tal vez.

-No veo el problema –Dije.

Rodo los ojos, y me sentí como una niña. Odiaba sentirme como una niña, y casi siempre lo hacía cuando una conversación se volcaba hacia el sexo.

Eugenia dijo: -Cariño, ahora mismo te ves como la adorable hermana de alguien. Ningún hombre quiere follar a su hermanita. Y si lo haces, no quieres estar cerca de él.

Si, definitivamente me sentía como una niña. –Buen punto.

-Mmm…Suena como si estuvieras practicando apagando ese hiperactivo cerebro tuyo. Buen trabajo. Ahora párate ahí, y déjame hacer magia.

Y por magia, se refería a tortura.
Después de dejar tres camisetas que me hicieron sentir como una prostituta, unos pantalones que eran mas como polainas, y una falda tan corta que amenazo a mostrar al mundo mi agujero el amor en caso de una brisa suave, nos acomodamos en algún apretado capri de mezclilla tiro bajo, y un top de encaje negro que destacaba, en contraste, con mi piel blanca pálida.

-¿Piernas afeitadas?

Asentí con la cabeza.

-¿Otras…cosas…afeitadas?

-Tanto como alguna vez van a estar, si, ahora vamos. –Ahí era donde dibujaba una línea esta conversación.

Ella sonrió, pero no dijo nada. -Está bien. Bien. ¿Condones?

-En mi bolso.

-¿Cerebro?

-Apagado. O bien…disminuido, de todos modos.

-Excelente. Creo que estamos listas.

Yo no estaba preparada, no en absoluto.

Había una razón por la que no había tenido sexo todavía, y ahora lo sabía. Yo era una fanática del control. 
Era por eso que lo había hecho tan bien en la escuela toda mi vida. Me hizo una gran directora de escenario, nadie podría dirigir un ensayo de teatro como yo. Y cuando me dio el valor para actuar, siempre estuve más preparada que cualquier otro actor en clase. Pero el sexo…eso era lo contrario de control. Había emociones y atracción, y esa persona molesta que otro debía estar involucrada. No es mi idea de diversión.

-Estas pensando demasiado –dijo Eugenia.

-Mejor que no pensar lo suficiente.

-No, esta noche, no lo es –dijo ella.

Subí el volumen del IPod de Eugenia, tan pronto como llegamos al coche, así podía pensar en paz.
Podía hacer esto. Era un problema que había que resolver, un tema que había que comprobar fuera de mi lista de tareas pendientes.

Era así de simple.

Simple.

Mantenlo simple.

Nos detuvimos en el bar unos minutos más tarde, y la noche se sentía todo, menos simple. Mis pantalones se sentían bastantes apretados, mi camisa demasiado baja, y mi cerebro demasiado nublado. Quería vomitar.

No quería ser virgen. Eso ya lo sabía. No quería sentirme como la inmadura mojigata que no sabía nada sobre el sexo. Odiaba no saber las cosas. El problema era…tanto como no quería ser virgen, tampoco quería tener relaciones sexuales.

El enigma de los enigmas. Era como uno de esos cuadros que parecen rectángulos, pero al final te preguntas si es un rectángulo que parece un cuadrado.

Eugenia estaba de pie frente a mi puerta, con los zapatos de tacón alto golpeando al tiempo de sus dedos, mientras sacaba el coche. Me cuadre de hombros, me atice mi pelo, y seguí a Eugenia hacia el bar.
Hice una line recta hacia la barra, sentándome en un taburete, e hice señas al camarero.

El era una posibilidad. Pelo rubio, estatura media, cara bonita. Nada especial, pero no ciertamente fuera de lugar. Podría ser bueno para simple.

-¿Qué puedo hacer por ustedes, señoritas?

Acento sureño. Sin duda una clase de chico de cosecha propia.

Eugenia embistió: -Necesitamos dos tragos de tequila para empezar.

-Que sean cuatro –grazne.

Silbo, y sus ojos se encontraron con los míos. –Ese tipo de noches, ¿Eh?

No estaba dispuesta a poner en palabras que tipo de noche era. Así que dije: -Estoy buscando un poco de coraje líquido.

-Y yo estaría encantado de ayudar –Me guiño un ojo, y estaba apenas fuera del alcance el oído antes de que Eugenia rebotara en su asiento, diciendo: -¡El es el indicado! ¡Él es el indicado!

Sus palabras me hicieron sentir como si estuviera en una montaña rusa, al igual que el mundo había dejado de girar, y todos mis órganos jugaban a ponerse al día. Solo necesitaba más tiempo para adaptarme. Eso es todo. Agarre el hombro de Eugenia, y la obligue a controlarse. –Calma Eugenia. Eres como un maldito Chihuahua.

-¿Qué? Es una buena opción. Lindo. Agradable. Y totalmente, lo vi mirar tu escote…dos veces.

Ella no estaba equivocada. Pero todavía no estaba tan interesada en dormir con él, por lo que supongo no tenia que descartarlo, pero, seguro seria un infierno más fácil, si estuviese interesada realmente en el hombre. Dije: -No estoy segura…simplemente no hay chispa. –Pude ver venir el poner los ojos en blanco, así que dije de una forma rápida-, todavía.

Cuando el Chico Camarero regreso con las bebidas, Eugenia pago, y me lleve mis dos tragos antes de que ella entregara la tarjeta. Se quedo por un momento, sonriéndome, antes de pasar a otro cliente. Robe uno de los tragos restantes de Eugenia.

-Tiene suerte de que sea una gran noche para ti, Lali. Normalmente nadie se interpone entre mi tequila y yo.

Tendí mi mano y dije: -Bueno, nadie va a conseguir meterse entre mis piernas a menos que este bien borracha, así que pásame el último.

Eugenia sacudió la cabeza, pero estaba sonriendo. Después de unos segundos, se rindió, y con cuatros tragos de tequila en mi sistema, la perspectiva de sexo, parecía un poco menos tenebrosa.

Otro camarero se acerco, esta era una chica, y pedí una Jack y una Coca Cola para beber mientras me confundía en medio de todo ese lio.

Estaba el Chico Camarero, pero no se desocuparía hasta bien después de las 2 am. Era un manojo de nervios ya, así que si esto se prolongaba hasta altas horas de las noches, estaría completamente psicópata. Solo podía imaginar…directamente, con camisa de fuerza debido al sexo.

Había un hombre de pie junto a mí, que parecía moverse unos centímetros más cerca con cada trago que tome, pero tenía que tener por lo menos unos cuarenta años. No, gracias.

Tome un trago más a mi copa, dando gracias al camarero que fue pesado con el Jack, y examine el bar.

-¿Qué pasa con él? –pregunto Eugenia, señalando a un chico de una mesa cercana.

-Demasiado pijo.

-¿El?

-Demasiado Hipster.

-¿Por ahí?

-Ew. Demasiado peludo.

La lista continuo hasta que estuve bastante segura que esta noche era un fracaso. Eugenia sugiero ir a otro bar, que era lo último que quería hacer. Le dije que tenía que ir al baño, y esperaba que alguien atrapara su atención mientras no estaba para así poder escapar del drama. El baño estaba en el fondo, más allá de la zona de piscina y dardos, detrás de una sección con algunas mesas redondas y pequeñas.

Fue entonces cuando me fije en el.

6 comentarios:

  1. primer cap que bueno aqui estoy para apollarte en esta nueva nove q tengas un feliz dia para vos tambien suerte con esta nove bss noe

    ResponderEliminar
  2. me encanta la nove, se ve muy buena! subi otro porfiiiii :)

    ResponderEliminar
  3. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaasss!

    ResponderEliminar
  4. me facinoooo la nove! un bonus por el dia de los enamorados? :)

    ResponderEliminar
  5. Hola, me preguntaba si me podrias mandar esta novela para descargar a mi mail. Mi mail es ithinkwonderful@gmail.com. Gracias! Espero que me la mandes.

    ResponderEliminar
  6. aaa me muerooo ñçya lo vio afjksbvsuig
    maasss

    ResponderEliminar