¡Les mando besitos de amor!
Twitter: @LlaveDeCristal
Su boca era dura y agresiva, y el corazón le latía igual que
una taladradora. Como sucedía siempre que la besaba, fue como si el tiempo
desapareciera y dejara tan sólo el aquí y el ahora. Lali se sintió llena del
sabor de Peter; notaba su piel desnuda caliente al tacto, a pesar de la lluvia
que los empapaba a los dos. Peter la aprisionó contra sí rodeándola con los
brazos con una fuerza tal que ella no podía inhalar profundamente, y sintió
contra su vientre el empuje de su erección.
Peter estaba temblando, y de pronto Lali comprendió lo
asustado que había estado por ella. Era grande y de aspecto rudo, y lo bastante
fuerte para hacer frente a un buey; seguramente todos los días veía, sin
inmutarse, cosas que harían a una persona corriente encogerse de horror. Pero
aquella noche estaba asustado... asustado por ella.
De repente experimentó un dolor en el pecho, como si le
oprimieran el corazón. Le flaquearon las rodillas y se dejó caer hacia él,
fundiéndose con él, alzándose de puntillas para responder a su beso con igual
fuerza, igual pasión. Peter emitió un gemido profundo; el beso se transformó y
la rabia se difuminó para ser sustituida por un violento apetito. Lali se había
rendido totalmente, pero aquello no parecía bastarle a Peter, porque le hundió
una mano en el cabello y tiró de la cabeza hacia atrás para arquearle el cuello
y dejar al descubierto la garganta, a merced de su boca. La lluvia le mojaba el
rostro, y Lali cerró los ojos impotentes bajo su garra de acero, sin desear
estar en ningún otro lugar.
Tras las sacudidas emocionales de los días pasados, Lali
necesitaba perderse en lo físico, expulsar todo el dolor y el miedo, y sentir
sólo a Peter, pensar sólo en Peter. Él le levantó los pies del suelo y empezó a
caminar con ella, y ella no protestó excepto cuando dejó de besarla, no
forcejeó excepto para acercarse más a él.
—Maldita sea, ¿quieres dejar de moverte? —gruñó Peter con la
voz tensa, situándola a un costado mientras subía los peldaños de su propia
casa.
— ¿Por qué? —La voz de Lali sonó espesa, sensual. No sabía
que su garganta fuera capaz de algo así.
—Porque si no paras, voy a correrme dentro de los vaqueros
—medio gritó él profundamente frustrado.
Lali meditó sobre el problema de Peter quizá por espacio de
unos segundos. Ya que la única manera de estar segura de no sobreexcitarlo era
librarse de sus brazos y no tocarlo en absoluto, aquello significaba privarse a
sí misma de algo.
—Pues sufre —le dijo.
— ¿Que sufra? —Sonó ofendido.
Abrió de un manotazo la puerta principal y llevó a Lali
adentro. La sala de estar estaba a oscuras, la única luz se filtraba desde la
cocina. Peter olía a sexo, a lluvia y a pelo mojado. Lali intentó recorrer
aquellos anchos hombros con las manos y se vio estorbada por el bolso y las
bolsas de las compras. Con gesto impaciente, dejó caer todo al suelo y acto
seguido se pegó a Peter igual que una lapa.
Maldiciendo, Peter dio unos cuantos pasos tambaleantes y
aplastó a Lali contra la pared. Buscó el pantalón de ella con manos impacientes
y atacó el botón y la cremallera hasta que el botón salió volando y la
cremallera cedió. El pantalón resbaló hasta el suelo y quedó arrugado a los
pies. Lali se quitó los zapatos y él la levantó para liberarla del montón de
ropa. Inmediatamente enroscó las piernas alrededor de sus caderas, en un
frenético intento de pegarse más a él, de fundir los cuerpos de ambos y aliviar
aquella ardiente necesidad que la abrasaba por dentro.
— ¡Todavía no!
Jadeando, Peter inclinó su peso contra ella para sujetarla
contra la pared y despegó sus piernas de alrededor de las caderas. Con la caja
torácica oprimida por el peso de Peter, Lali sólo consiguió emitir el primer
gemido de protesta antes de que él enganchara los dedos en la cinturilla de las
bragas y tirase de ellas hacia abajo.
Oh.
Lali intentó pensar por qué quería hacerlo esperar otras dos
semanas, como mínimo, tal vez un ciclo menstrual entero. No se le ocurrió nada
razonable, teniendo en cuenta que tenía mucho miedo de que la misma persona que
mató a Eugenia pudiera tener en su punto de mira al resto del grupo y que se
daría de patadas si muriera sin saber lo que era hacer el amor con Peter. Allí
mismo, en aquel momento, no había nada que fuera más importante que tomar la
medida a aquel hombre.
Apartó las bragas de una patada, Peter la levantó una vez
más, y ella volvió a enroscarse alrededor de él. Los nudillos de Peter le
rozaron las piernas cuando se desabrochó los vaqueros y los dejó caer al suelo.
Lali contuvo la respiración cuando cayó la última barrera entre ambos y sintió
aquel pene presionar contra ella, desnudo y en celo, buscando. Sintió una
oleada de placer que hizo chisporrotear sus terminaciones nerviosas. Se arqueó
desesperada buscando más, necesitando más.
Peter lanzó un juramento en voz baja y levantó a Lali sólo
un poco más para ajustar su posición. Ella sintió cómo la cabeza del pene la
sondeaba, suave, caliente y dura, y después una sensación de placer casi increíble
que la inundó cuando Peter cedió ligeramente y dejó que ella cayera por su peso
sobre su verga. Su cuerpo se resistió al principio y luego empezó a dilatarse y
a aceptarlo, centímetro a centímetro. Sintió que todo dentro de ella empezaba a
tensarse a medida que la invadía un mar de sensaciones...
En aquel momento Peter se detuvo, con la respiración agitada
y el rostro hundido contra su cuello. Con la voz amortiguada, le dijo:
— ¿Has empezado a tomar la píldora?
Lali clavó las uñas en sus hombros desnudos, casi sollozando
de necesidad. ¿Cómo podía detenerse en aquel preciso momento? Tenía dentro sólo
la cabeza del pene, y no era suficiente, ni mucho menos. Sus músculos internos
se contrajeron alrededor de él en un intento de absorberlo más profundamente, y
un explosivo juramento salió de la garganta de Peter.
—Maldita sea, Lali, ¿has empezado a tomar la píldora?
—Sí —logró decir ella por fin, en un tono casi tan áspero
como el de él.
Peter la aprisionó contra la pared y con un fuerte impulso
la penetró del todo.
Lali se oyó a sí misma gritar, pero lo percibió como un sonido
distante. Todas las células de su cuerpo estaban concentradas en la gruesa
verga que entraba y salía de ella, en su ritmo duro y rápido, y alcanzó el
orgasmo de esa misma forma. Sintió un cúmulo de sensaciones explotar en su
interior y se arqueó contra Peter, gritando, sacudiendo las caderas y con todo
el cuerpo estremecido. El resto del mundo desapareció por completo.
Él se corrió un segundo más tarde, entrando en ella casi con
fuerza brutal. Lali chocaba contra la pared a cada impulso, resbalando por su
propio peso y obligando a Peter a penetrar aún más profundo, tanto que se tensó
convulsivamente y alcanzó un nuevo clímax.
Al terminar, Peter se apoyó pesadamente contra ella, con la
piel empapada de lluvia y sudor. Respiraba agitadamente y su pecho se hinchaba
cada vez que tomaba aire. La casa estaba oscura y silenciosa excepto por el
repiqueteo de la lluvia en el tejado y los jadeos de los sobrecargados pulmones
de ambos. Lali sentía el frescor de la pared en la espalda, pero resultaba
incómodamente dura.
Intentó pensar en algo inteligente que decir, pero su mente
se negaba a funcionar. Aquello era demasiado serio, demasiado importante, para
hacer bromitas ingeniosas. De modo que cerró los ojos y apoyó la mejilla en el
hombro de Peter mientras el galope de su corazón iba calmándose gradualmente y
la parte baja de su cuerpo se relajaba alrededor de la verga de él.
Peter musitó algo ininteligible y sujetó a Lali con más
fuerza, sosteniéndola con un brazo alrededor de la espalda y el otro debajo de
las nalgas, al tiempo que se quitaba del todo los vaqueros y se dirigía con paso
inseguro al dormitorio. Todavía estaba dentro de ella, con su cuerpo anclado al
suyo, cuando se inclinó sobre la cama y se acomodó encima de Lali.
La habitación estaba
fresca y oscura, la cama era ancha. Le quitó a Lali la blusa de seda y el sujetador
y lanzó ambas prendas al suelo. Entonces quedaron ambos totalmente desnudos, el
pecho de él rozando los pezones de ella mientras comenzaba a moverse de nuevo.
Esta vez el ritmo fue más lento pero no menos potente, y a cada embestida se
introducía hasta la empuñadura.
Para sorpresa de Lali, la fiebre volvió nuevamente. Creía
estar demasiado exhausta para excitarse de nuevo, pero descubrió lo contrario.
Se afianzó con las piernas al cuerpo de Peter y movió la pelvis hacia arriba
para ir al encuentro de cada arremetida, aferrándolo, atrayéndolo aún más hacia
su interior, y cuando se corrió el paroxismo fue todavía más intenso que los
anteriores. Peter dejó escapar un sonido gutural y alcanzó el orgasmo mientras
ella aún temblaba bajo su cuerpo.
Mucho tiempo después, cuando el pulso de ambos se hubo
aquietado, el sudor se hubo secado y los músculos volvieron a responder otra
vez, Peter se retiró y rodó hacia un costado con un brazo sobre los ojos.
—Mierda —dijo en voz baja.
Pero como la habitación estaba tan silenciosa, Lali lo oyó.
Un minúsculo acceso de ira la hizo entrecerrar los ojos. Todavía se sentía
igual que un fideo flácido, pasado de cocción, por eso aquel minúsculo acceso
de ira fue lo más que pudo articular.
—Vaya, qué romántico —dijo en tono sarcástico. El tipo no
había podido apartar las manos de encima de ella en toda la semana, y ahora que
por fin habían hecho el amor el único comentario que se le ocurría hacer es
«mierda», como si toda aquella experiencia hubiera sido una equivocación.
Peter levantó el brazo con que se tapaba los ojos y giró la
cabeza para mirar a Lali con cara de pocos amigos.
—Supe que ibas a ser un problema desde la primera vez que te
vi.
— ¿Qué quieres decir con eso de «problema»? —Lali se
incorporó devolviéndole la misma mirada—. ¡Yo no soy ningún problema! ¡Soy una
persona muy agradable excepto cuando tengo que tratar con tipejos!
—Eres un problema de los peores —le espetó él—. Eres un
problema de los que lo empujan a uno a casarse.
mmams porfavor no nos podes dejar asi nesecito mmamsss
ResponderEliminarahhhhhhhhh por q dijo eso ahhhh bss noe
ResponderEliminarAaayyyy que lindoooooo
ResponderEliminarMaaaas
ResponderEliminarNoveeee
ResponderEliminarqueeeeeeeeeeeeeeee???
ResponderEliminarno entendi este final
quiero masssssssssssssss
besos
mi cara fue un mega :o buenisimo el cap :) quiero el proximo, cuando haces maraton???
ResponderEliminarSoy alexa del twitter @Estrellas_p_mex besos sube pronto